¡Hola amigos!
Escribo estas notas animado por mi amigo Leandro, que es un lector minucioso y de fiar, para aclarar un hecho que no deja de ser sorprendente. Me cuenta mi amigo que la biografía apócrifa, sin mi consentimiento expreso, que empieza a circular por ahí produce extrañeza que se desarrolle en Toledo. Me ha manifestado, él que es aficionado a las noveluchas llamadas negras, que un autor de éxito mundial que se llama Mankell ambienta sus aventuras en una pequeña ciudad del sur de Suecia llamada Ystad; parece que hay calles con nombres tan gracioso como Mariagatan o cosa así. ¿Por que Toledo, que es mucho mas famosa en el mundo que Ystad, no puede ser escenario de mis andanzas detrás de los criminales? ¿Que yo comente con mis amigos las cosas que pasan en la ciudad, porque es un asunto localista?
Durante muchos años algunos autores recurrieron a inventarse geografías terrenales, que solo existían en su imaginación; recuerdo a Juan Benet y su mesetaria Region ( De la que llego a entregar un completisimo mapa, con minuciosidad cartográfica propía de los militares, en su serie Herrumbrosas Lanzas). También viene a mi memoria el reino de Celama, de Mateo Diez; tan profundamente deprimido y olvidado como la Castilla mas vieja. De ellos no se podría decir que eran localistas, a pesar de vivir sus fantasías literarias en un ámbito tan estrecho como los pueblos de Celama o Región.
El inspector Mendez vive y se mueve por el barrio chino de Barcelona y parece que entre el y Carvalho han revalorizado este avispero de callejas sucias y abandonadas. De esta forma podría citar a otros protagonistas celebres que han conseguido hacer que las ciudades en las que se desenvuelven sean un personaje mas de sus novelas, segun me dice Leandro, e incluso ser el mas destacado.
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