domingo, 13 de marzo de 2011

A modo de presentacion

¡¡Hola amigos!! ¡Bienvenido querido lector!
Me veo en la necesidad de anotar aquí algunos detalles biográficos ante la inminente publicación de la novela "Mazapán amargo"; este relato, no autorizado por mí, describe un episodio reciente de mi vida. Salen a la luz detalles íntimos que desconozco como habrán llegado a los autores; pero por otra parte,  tomaré medidas legales para que las cosas vuelvan a su sitio y obtenga una justa reparación.
Mi nombre completo es Martín Aldana Toledano, nací en Galicia hace cincuenta y muchos años. Mi familia paterna era de la Galicia rural, pequeños terratenientes, hasta con  Pazo y escudo. Las ultimas generaciones se dedicaron a la milicia y participaron en la Guerra Civil en el bando Nacional o golpista según quien lo mire. Mi padre, que no hizo carrera política y la militar de muy escaso recorrido, pronto se retiró a su pueblo y se dedicó a oponerse a cualquier iniciativa que yo tuviera.
La primera decisión importante que tomo a los quince años es no querer ser militar, consecuentemente primer enfrentamiento con mi padre. Para poner tierra por medio, me matriculo en la Universidad Complutense de Madrid y no en la de Santiago, segunda bronca seria con mi padre. En 1971 empiezo primero de Derecho.
En Madrid participo en varias tertulias literarias, sobre todo en el café Comercial, donde nos reuníamos los amigos y discutíamos de libros y política hasta que nos echaban o podíamos aguantar de pie por el alcohol. Al final también dejé la carrera y me entró el gusanillo policial; estaba en cuarto y aprové el ingreso en la Academia de Avila y allí me marché.
En uno de mis primeros destinos, Madrid, tomo la decisión mas acertada de mi vida: hacerme novio de Carmen, una toledana que estudiaba Geografía e Historia en la Complutense. Me enamoro hasta los tuétanos y así sigo; esta mujer me emboba, me atrae, cada vez que se da la vuelta en casa y la veo caminar a la cocina me entra un incontenible deseo, como si tuviera venticinco años...
Después de casarnos y recorrer varios destinos, con sus consiguientes ascensos, acabamos en Marbella, donde murió nuestra hija Marina. Vino después un periodo negro de mi vida, del que salí cuando me destinaron a Toledo; un caso se había torcido del todo y el final fue un traslado forzoso a Toledo.
Y aquí estoy, en la lucha contra el crimen. Esta ciudad tranquila debe servirnos de bálsamo para los últimos meses tan agitados.

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